Por Taisy Conk, Directora
Joe Biden fue declarado Presidente electo un cálido Sábado del Noviembre pasado. En el momento en que se hizo el anuncio, muchos Neoyorquinos estaban de compras en su mercado local de agricultores más cercano. Estallaron celebraciones espontáneas, incluida la de la imagen destacada aquí, la cual tomó lugar en el Grand Army Plaza en Brooklyn; sitio que había sido centro de los levantamientos del movimiento Las Vidas Negras Importan (Black Lives Matter) en la primavera del 2020.
En el medio de la algarabía estaba el bullicioso mercado de agricultores GrowNYC. No debe sorprendernos que siempre que hayan luchas por la justicia, los espacios públicos se vean afectados. Los mercados de agricultores están indisolublemente ligados a las dinámicas y movimientos sociales y políticos. Si los mercados de agricultores han de ser una alternativa a nuestro injusto sistema alimentario, deben enfrentar y deshacer intencionalmente el racismo.
En Marzo del 2020, co-facilité un taller llamado “Deshacer el Racismo en los Mercados de Agricultores”, con Iyeshima Harris, Directora de Proyectos de East New York Farms. El taller fue organizado por la Federación de Mercados de Agricultores de Nueva York en su conferencia anual. Nos complació involucrar a más de 90 gerentes de mercado, quienes claramente necesitaban esta discusión.
Los participantes compartieron cómo se manifiesta el racismo en sus mercados, desde micro-agresiones e interacciones tensas entre proveedores y clientes hasta la segregación y la soberanía de la tierra. Un participante compartió que le dieron a conocer que su mercado está ubicado en un «parque blanco», un reflejo de la segregación y el “marcado rojo” (redlining) que probablemente hace que el mercado se sienta fuera de los límites de los miembros negros y morenos de la comunidad.
Iyeshima y yo compartimos estrategias para deshacer el racismo de nuestros propios mercados, desde técnicas para disminuir la intensidad de conflictos y la práctica de emplear inclusivamente, hasta la mesa de reparto de East New York Farms, la cual genera riqueza comunitaria. Aplaudí y alabé la selección de frutas y verduras de origen internacional cultivadas localmente.
A continuación, los participantes compartieron sus reflexiones sobre cómo deshacer el racismo fortalece los mercados, así como tambien algunas de las estrategias efectivas que ya han puesto o desean poner en práctica. La profundidad y variedad de respuestas indicaron que los gerentes anhelan asumir este desafío. Cerramos el taller con un ejercicio de establecer objetivos en el que pedimos a los participantes que hicieran un plan de un paso para deshacer el racismo en sus mercados.
Nos alienta que los mercados de agricultores participen en esta conversación e inviertan en la lucha por la justicia racial. Esperamos ver a los mercados de agricultores posicionados no solo como aliados, sino a la vanguardia de una sociedad y un sistema alimentario multicultural y antirracista.