Por Maria Caicedo, Coordinadora de Cocina y Huerta
Cada año, al comienzo del nuevo ciclo académico, nos preparamos para dirigir sesiones de desarrollo profesional con maestrxs en cada una de nuestras escuelas asociadas. Buscamos promover nuestra colaboración en torno a la educación y justicia alimentaria mejorando las conexiones interdisciplinarias curriculares utilizando literatura infantil seleccionada. Los maestrxs están anonadados con tantas oportunidades de desarrollo profesional. La fatiga educacional de los maestrxs es muy real, al igual que el estrés crónico.
Teniendo esto en cuenta, nos hemos esforzado por utilizar actividades prácticas que buscan despertar los propios intereses de los maestrxs y servirles de inspiración. En lugar de agobiarlos, nuestro objetivo es crear oportunidades y espacios para soñar posibilidades juntos.
La obra literaria destacada de este año fue «En el Jardín con el Dr. Carver», un libro sobre el legado del Dr. Washington Carver en el campo agrícola. Siguiendo los pasos del Dr. Carver, los maestrxs observaron muestras de suelo tomadas del jardín de la escuela para determinar su composición. Si es demasiado arenoso, el suelo retendrá menos agua y nutrientes, y se secará rápidamente. El suelo con demasiada arcilla tendrá problemas de drenaje y, cuando esté seco, será incapaz de retener la humedad. “¿Por qué deberíamos preocuparnos por el suelo?”, preguntamos a lxs maestrxs. Metafóricamente hablando, somos plantas, y el suelo es nuestro medio ambiente. ¿Qué pasaría si enseñáramos a lxs niñxs a nutrir el suelo del jardín de su escuela? El Dr. Carver dijo: “Cada vez que el suelo es rico, la gente florece, física y económicamente. Cada vez que se desperdicia el suelo, la gente se desperdicia y el suelo pobre solo produce gente pobre”.
También presentamos a lxs maestrxs la fabricación de bombas de semillas. Armadxs con arcilla, tierra y semillas, procedieron a hacer sus bolas semilleras en medio de risas y preguntas. El bombardeo de semillas es una práctica milenaria que fue reintroducida en la década de 1970 por el filósofo y defensor de la agricultura natural y sin labranza, Masanobu Fukuoka; quien experimentó con bombas de semillas para explorar la idea de «trabajar con la naturaleza, en lugar de hacerlo en contra de ella…». Las bombas de semillas son vida «envuelta en una bola de barro de bolsillo», y también la munición de los jardineros guerrilleros que posicionan la jardinería como un acto de resistencia. Al «arrojar bombas de semillas» en lotes baldíos abandonados, generalmente en vecindarios segregados, históricamente privados de sus derechos, reclaman la propiedad sobre el espacio y ejercen el poder. La justicia se puede enseñar a través del bombardeo de semillas y la jardinería. Eso también puede ser un acto de resistencia.
Nos encanta cuando los maestrxs se van con un renovado sentido de asombro e inspiración. Una de nuestrxs maestrxs participantes compartió que «disfrutó el ambiente del salón y que su (nuestro) entusiasmo y amor por el mundo natural es contagioso». En última instancia, lo que queremos comunicar también es que reavivar nuestra relación con el mundo natural no es una cuestión de novedad o tendencia. Como reflexionó otra maestra, «… el medio ambiente es algo que debemos cuidar para nuestra propia supervivencia».