Por Tiffany Santos, Coordinadora de Jóvenes y el Mercadito de la 170
En las últimas dos décadas, el cambio climático ha llamado la atención de la humanidad. Es un tema difícil de ignorar. Sin embargo, los que intentan a desacreditar el desarrollo del cambio climático son ajenos a las formas en que su privilegio e ignorancia contribuye al mayor problema. Por tanto, tiempo la humanidad ha tenía la idea que los seres vivos coexisten en una jerarquía categórica que influye en la calidad de vida. Esta jerarquía crea una separación entre los humanos y el medio ambiente que nos sostiene. Como resultado, ahora tenemos regulaciones de la FDA deficientes para nuestra calidad de alimentos, industrialización y deforestación masiva, derechos de los trabajadores violados, paisajes alimentarios inadecuados en vecindarios marginados.
A medida que aumenta la conciencia sobre el cambio climático, muchos de nosotros han tenido que recalibrar y reevaluar la naturaleza humana, dándose cuenta de la destrucción en nuestras acciones, creencias y moralejas y su interconexión con el planeta. Ecología queer, comúnmente conocida como ecofeminismo, existe para desaprobar esta idea errónea de naturaleza humana como agresiva, apatía, e irrespetuosa: uno anclado en dominación, violencia y exceso con el objetivo de permear la inferioridad. Además, la ecología queer reconoces la actitud normalizada en nuestra estructura sociales y rigidez es de una combinación de supremacía blanca, patriarcado y especismo. El suprematismo la llevado al explotación del entorno y las vidas de personas que viven en áreas donde los recursos naturales se encuentran – como hierbas, agua, y minerales. Marcas del hogar como Nestlé y Coca Cola son conocidos por privatizar suministros de agua en todo Sudamérica, aumentando los costos del agua y bajando la calidad para la gente local causados por los costos de fabricación, mano de obra reducida, y financiamiento de construcción entre otras razones.
En el Bronx, los talleres de cuidado de árboles en la calle facilitados por GrowNYC reconocen las necesidades de los árboles en las aceras, un ser vivo personas ignora diario. Los árboles son una parte integral de nuestra supervivencia y, sin embargo, son Nuevos Yorkers – sea legislador o transeúnte hacemos poco o ningún esfuerzo por comprender cómo coexistimos con los árboles. Pregunte: ¿por qué algunos árboles tienen ladrillos de cemento en algunos de sus lechos de tierra? No existe ninguna disposición que regule la necesidad de que estén allí. Incluso, ni hay una razón conocida que requiere que los ladrillos se coloquen en algunas camas de árboles y no en otros. La negligencia es una piedra angular de nuestras actitudes y perspectivas hasta tal punto que la intencionalidad no prospera incluso en los detalles más pequeños de nuestro ecosistema.