El Bronx y la Comida: Un Cuento de Optimismo

Por Rachel Osei-Owusu, 2018 Cashin Fellow

El Bronx, especialmente el sur del Bronx, tiene una relación complicada con la comida, por ser el distrito congresional más pobre de los Estados Unidos. Aquí puedes encontrar barrios ajetreados con gente de todas las edades, tanto inmigrantes como oriundos de estos barrios; todos creando un hogar en sus pequeños trozos de América. En el sur del Bronx encontrarás cocinas diversas para saborear, así como también el índice más bajo de acceso a comida nutritiva. Lo interesante es que se piensa que tal acceso y todos los problemas que surgen alrededor del mismo, son una cuestión de elección personal, pero la realidad es mucho más compleja, la cual tiene mucho que ver con cuestiones sociales, políticas y económicas.

Los residentes del Bronx no son ajenos a las injusticias ambientales y sociales que han estigmatizado la reputación de sus barrios a través de los años. Una lucha actualmente en desarrollo relacionada con la comida es la de los residentes que se oponen a la inauguración de la sede de FreshDirect en el sur del Bronx, debido a que sus instalaciones amenazan con el eminente potencial de contaminación ambiental y la perdida de acceso a la ribera y los espacios verdes que la rodean. Sin mencionar también el desafío tan grande que representa el ser testigo del establecimiento de una compañía en esta área del Bronx que se caracteriza por sus precios inaccesibles para la mayoría de sus residentes.

Cerca del 50% de los hogares en el Sur del Bronx reciben beneficios SNAP, los cuales les permiten comprar frutas y verduras frescas y locales, pero también es un indicio de la inseguridad alimentaria latente en esta comunidad. A menudo se ve a sus residentes comprando en la bodegas y delis cuando deberían poder comprar en un supermercado que no esté tan retirado de sus hogares. Y aun si se añadieran más supermercados, eso no resolvería todos los problemas que el Bronx tiene con la comida, ya que existen investigaciones que explican que esta no es una solución viable. En un artículo que describe la comparación entre un supermercado situado en Morrisania y la falta de uno en Highbridge, se expone que “el aumento de acceso a comida fresca no garantiza que la gente tenga dinero, muchos menos el tiempo y el conocimiento, para aprovecharlo.” El mismo artículo menciona la frase “desierto alimentario” y cómo este termino se refiere al hecho de que las tiendas corporativas de abarrotes son una “curita” para tapar los asuntos más complejos que enfrentan las comunidades de bajos recursos. Mas bien, el término “segregación alimentaria”, usado por la activista Karen Washington, es más apropiado ya que integra varios factores sociales dentro de la conversación acerca del sistema alimenticio actual.

Dicho esto, no podía dejar de preguntarme cómo esta problemática está vinculada a mi propia relación con la comida y el acceso, siendo yo misma oriunda del Bronx. He sido suficientemente afortunada de saborear comidas caseras hechas con productos frescos, y de tener unos padres comprometidos con mi salud y bienestar. Al mismo tiempo, muchas de mis comidas caseras son platos típicos ghaneses, los cuales, de ser modificados y sus ingredientes reemplazados por unos “más saludables”, se arrugaría el ceño de más de uno. Al escribir esto reconozco la conexión que comparto con otros miembros de mi barrio, en donde la comida está fuertemente dictada por la cultura, lo que a su vez añade otra capa de complejidad al trabajo de la justicia alimentaria en el sur del Bronx.

Así, al conectar mi paso por la Acción Comunitaria de Alimentación con mi propia experiencia de vivir en el Bronx, he descubierto un renovado respeto por su resiliencia. Este barrio ha experimentados varios cambios y adversidades en relación a su identidad. Mi interés en la salud pública me ayudo a ver como la comida esta atada a esa identidad. Y estoy contenta de haber sido testigo del trabajo de la ACdA aquí en el Bronx porque es una prueba de que existen organizaciones que no solo educan a la comunidad, sino que también la defienden.